domingo, 24 de enero de 2010

El liderazgo y su falsa interpretación - Noemí Di Donato

Dice Freud en “Psicoanálisis de las masas y análisis del yo “: “la masa es extraordinariamente influible y crédula; es acrítica, lo improbable no existe para ella”.
Este comienzo con las palabras de Freud nos introduce en el emblemático concepto de líder. En los tiempos que corren en nuestra sociedad somos testigos de la manera en que ciertos individuos se relacionan con el conjunto constituyéndose como modelo a seguir. El sujeto desde sus inicios en las relaciones primigenias con sus primeros amores, padres, hermanos trasladándose más tarde a maestros, amigos, médicos, experimenta el influjo de adquisición de aquellos/as que hayan obtenido una enorme importancia para él.
Ahora bien, este proceso que se da en un individuo en particular se extiende al grupo de aquellos que toman a una determinada persona como su admirador partidario. En este punto es válido mencionar que ese conjunto detenta lo que denominaríamos la pulsión social que al decir de Freud no seria originaria e irreductible y que los comienzos de su formación puedan hallarse en un círculo estrecho, como el de la familia.
Pensando reflexivamente en aquellos que se encuentran en los espacios del poder podríamos decir que son tomados o mejor dicho, se permiten colocarse en un espacio que les otorga cierta cuota antonomasia que subyuga a la masa.
Dos de los factores mas preponderantes que inciden de forma categórica en la masa tiene que ver con el contagio y la sugestión. El líder despliega mediante sus discursos un contingente de influencia de fascinación y contagio en la masa que refuerza la sugestión originaria.
La masa es impulsiva, voluble y excitable. La guía el inconciente. ¿Por que planteamos esto? Pues los impulsos a los cuales obedece pueden ser, según los sucesos, nobles o crueles, verdaderos o mentirosos, pero en cualquiera de los casos son tan soberbios que nunca se impone lo personal.
¿Será por eso que muchos de nosotros no encontramos respuestas frente a la elección masiva de algunos personajes del poder?
Podríamos decir que para dar cuenta fehaciente de la moralidad de la masa es justo conocer que al reunirse los individuos en ese conjunto desaparecen todas las inhibiciones y se adhieren a una libre satisfacción pulsional todos los instintos crueles, destructivos, que se encontraban latentes en el individuo como reedición del tiempo primordial. Pero bajo el influjo de la sugestión, las masas son capaces también de elevadas muestras de abnegación, desinterés, consagración de un ideal. En este segundo concepto de las masas deberíamos apoyarnos como ciudadanos para comprometernos a modificar algo de nuestra corrupta realidad. Teniendo en cuenta que en el individuo aislado la ventaja personal es frecuentemente el móvil exclusivo, rara vez predomina en las masas.
En otro orden de cosas en las masas el rendimiento intelectual es siempre inferior al del individuo, su conducta ética puede tanto sobrepasar con creces ese nivel como quedar muy por debajo de él.
Convengamos que la masa está sujeta al poder mágico de las palabras; ástas provocan las más temibles tormentas hacia el interior de las masas como también las apaciguan.
Nuestra sociedad hoy sabe que ciertos personajes de la gestión pública maniquean y sostienen actitudes ilusionistas donde lo irreal prevalece sobre lo real
Esto es tan así que los actos de corrupción recurrente son defendidos hasta desde el punto de vista de una legalidad apabullante y esto sucede porque la masa es un rebaño obediente que nunca podría vivir sin señor. Posee tal sed de obediencia que se subordina instintivamente a cualquiera que se designe su señor.
Al respecto Le Bon manifiesta que los conductores o líderes de las masas adquieren su predicamento por las ideas que lo fanatizan a ellos mismos
Si de fanatismo se trata estaríamos en condiciones de cuestionarnos los espacios que hemos dejado libres para que incursionen determinados individuos en el quehacer de la vida de nuestro país, que sucedió que muchos argentinos dicen “ a mi me parecía que era buena persona, por eso lo vote”, y no han podido realizar un análisis de su actuar como funcionario. Sucede entonces que se ha producido el consabido enamoramiento del sujeto con ese Otro que palabras mediante, lo captura y pasa a coincidir con el Ideal del Yo de aquellos que quieren afianzar su deseo desde la sobreestimación.
Quizás haya llegado el momento de cuestionar nuestro concepto de elección. Me refiero puntualmente a meditar cual es el criterio que debe reunir aquel que consideramos apto para que dirija nuestros destinos como nación.
¿Uds. opinan que estamos destinados a seguir siendo masa o aun podemos albergar la esperanza de ser republicanos?


Lic. Noemí Di Donato
Psicóloga U.B.A
Magister U.B.A
Doctoranda.







sábado, 16 de enero de 2010

¿Qué es enfermedad? - Luis Bernal

Durante una conversación, que se mantiene con un grupo de personas diabéticas, se exponen puntos concernientes a la psicología aplicada a la clínica. Dentro de este marco se aborda la alteración de tipo psicosomática, explicando que la misma produce un desequilibrio a nivel orgánico en cualquier aparato corporal u órgano. Dicha alteración al examen no puede ser mejor explicada que por causa de estrés psicológico, esto quiere decir que los fenómenos mentales canalizan el conflicto en su pretensión de completar una gestalt perturbando lo físico. Algo que suena comprensible si entendemos que el ser humano no es una división (cuerpo,alma). Al considerar al hombre como un ente único, ente, en el cual no hay división, todas las enfermedades podrían recibir el apelativo de psicosomáticas, y si se desea, resultará lo mismo decir somatopsíquicas. Todas las personas en algún momento de su vida están predispuestas a contraer algún malestar; habrá sujetos con mayor predisposición hacia algún tipo de alteración que será característica de su personalidad, o que durante el transcurso de su vida podrán experimentar dolencias de distinta clase, según la nosología (clase). En base a esta aseveración, se reconoce igualmente que el estrés será un constituyente que repercuta en –X- momento en la vida de cada uno de los individuos. Sin lugar a dudas es posible diferenciar perturbaciones afectivas, comportamentales, cognitivas, orgánicas. A más de producir sensación de malestar subjetivo a nivel corporal, dicho desequilibrio toma un referente interpretativo. En base al darse “cuenta” de que lo somático o mental no esta sintiéndose o funcionando de la misma forma en que lo hacían. Los diferentes desequilibrios (enfermedad), son causados por agentes sobre los que no se posee control, esto parece estar claro para la mayoría. Ya que quién desearía enfermar por propia voluntad. Sin embargo que sucede, cuando la propia psicología de las personas, va generando desequilibrio de cualquier orden. Tal vez, no se pueda hablar de que la voluntad consciente ha entrado en juego. ¿Pero qué tipo de estructuras psíquico-afectivas dan paso a la desorganización de la personalidad, entendiendo personalidad en su mas amplio espectro? Al hablar de enfermedad, se reunirán un número delimitado de signos y síntomas que manifiestan el desequilibrio. La enfermedad es poseedora de subjetivismo en cuanto existe o está presente en el sujeto que la adquirió. Empero es poseedora de observación directa dependiendo de la intensidad de la enfermedad. Por ejemplo, una depresión leve resultara menos obvia que una depresión Psicótica. ¿Qué tipo de función pretende cumplir la enfermedad? Alertar al organismo de que su caminar no marcha correctamente; y de que se tendrían que tomar las medidas necesarias para corregir dicha marcha. Posiblemente así sea. ¿Qué papel desempeña la psicología (conciencia, entendimiento, aceptación- y contrarios), al momento de adquirir, mantener, exacerbar o remitir una enfermedad? ¿Que tipo de programaciones mentales (anteriores, posteriores) se involucran en desórdenes de cualquier clase especialmente en las más severas? Para dar respuesta a estas interrogantes, es necesario considerar a la persona como individualidad, lejos de estadísticas y descripciones que solamente otorgan un patrón común en base a los signos y síntomas que por supuesto son similares tanto si se habla de enfermedad mental o física. ¿La enfermedad puede ser un motivante de aprendizaje y desarrollo? En casos mínimos esta pregunta tendrá un encuentro directo con lo afirmativo ya que las construcciones mentales de estas personas posibilitan aquello. En otros casos, muchos por supuesto, la misma pregunta será respondida guiada por lo negativo o menos optimista. Lo socio-cultural es mantenedor de varios prejuicios e ideas distorsionadas que se van dando de generación en generación, así la enfermedad será considerada como algo muy negativo y perjudicial de lo que hay que escapar. Esta manera de construir el concepto irá afectando a la colectividad. Si bien es cierto que lo ideal y "funcional" es encontrarse la mayor parte del tiempo en “equilibrio”, no lo es menos, que de lo que se ha dado por llamar enfermedad también se podría sacar algo bueno o positivo que impulse al ser que la posee a un crecimiento psico-fisico-espiritual.
Lic. Luis Alberto Bernal S.

sábado, 2 de enero de 2010

"Acerca del Narcisismo" - Por Noemí Di Donato

En 1914 Freud escribía acerca del Narcisismo: “un complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación”…
Con esto Freud está diciendo que es un asunto de cada uno en su juego pulsional general, hacia diferentes intereses que lo comprometen como sujeto connotando el registro tanto de las neurosis como el de las psicosis.
El narcisismo como tal tiene su origen en el narcisismo parental como explica Freud “Nos formamos así la imagen de una originaria investidura libidinal del yo, cedida después a los objetos”.
Es decir que comporta una relación entre una investidura yoica y una investidura parental sin la cual la investidura yoica o del si mismo se pueden sostener, ya que no hay un sujeto psíquico que preexista a la relación con los padres, pues es con el contacto con esos padres, movido por su cariño y su odio hacia ellos, como el sujeto se estructura de una manera determinada.
Desde este planteamiento teórico que les propongo subyace un significante: la sobreestimación. Que quiero decir con esto? Pues que aquel sujeto concebido como ideal por parte de sus padres al decir de Freud no han de dar vigencia para el afecto, ni la enfermedad, muerte, renuncia al goce, las leyes de la naturaleza y de la sociedad han de cesar ante él, y debe ser el centro y el núcleo de la creación.
Esto viene a intentar explicar la actitud de ciertos personajes que se encuentran gestionando en nuestro país. Apoyándonos en ese marco cómo podrían registrar la consabida alteridad si el Otro no existe en su psiquismo; lo único predominante es el cumplimiento de su deseo.
Pensemos en algunas de las intenciones de aquellos que ejercen las funciones gubernamentales y que pretenden insertar en la sociedad. ¿Están vinculadas con un estado de derecho? ¿Representan las necesidades de los ciudadanos? Por supuesto que no, pero desde esta estructuración narcisista apelan a las más sofisticadas prácticas para dar cumplimiento a su objetivo.
Lógicamente que toda propuesta se manifiesta enmascarada en un acto democrático que por supuesto sostiene el eslogan de respeto por los derechos humanos.
En esta perspectiva de pensamiento en la interacción dinámica de las expresiones de estos individuos con su estructura psíquica he de destacar, para su mejor comprensión, que la libido e interés yoico moran unidos e inseparables en el interior del yo que se contenta a sí mismo. En este punto se podría decir que el narcisismo es el complemento libidinoso del egoísmo. Existe un cierto gozo en el sujeto que no abandona ya que el registro de su realidad psíquica así lo constituye. El egoísmo cuidará que nada ni nadie perjudique al yo.
Entonces nos encontramos ante una administración de poder que se encuentra enferma y eso es lo peligroso. Un sujeto que no puede equilibrar sus emociones y que mediante sus acciones cosifica al resto no se encuentra en condiciones psíquicas de dirigir nada.
A esta altura de mis revelaciones resulta mas que evidente la necesidad que los ciudadanos de este país comiencen a exigir un examen psicofísico de aquellos que quieren postularse para cualquier cargo. Si lo digo desde el convencimiento que no es suficiente con la militancia hace falta nada mas ni nada menos que coherencia psíquica.
¿No lo creen imprescindible?

Lic. Noemí Di Donato (U.B.A)
Magister/ Doctoranda