miércoles, 30 de diciembre de 2009

El Mercado de lo Mental - Jaques A. Miller


Él: Usted está, de repente, muy silencioso cuando la ciudad murmura sobre cierto Libro negro...Yo: Es para no decir lo que no sería comprendido, o sea, que ese libro me encanta.Él: Señor el paradojal, conocemos sus vueltas.Yo: Qué! El Señor Widlöcher, presidente francés de una augusta Asociación internacional que procede en línea directa de Freud, se hizo desde hace años el compadre de las TCC (terapias cognitivo-comportamentales). Proclamó por doquier que serían una fuente de Juvencia para el psicoanálisis. Fue elegido miembro del Comité de Honor de una Asociación de TCC.Más aún, su celo lo llevó hasta a "cognitivizar" la mayor parte de los conceptos freudianos: la pulsión, convertida en instinto, puede modificarse como un reflejo condicionado; la angustia, reducida a una hiperventilación, hay que regularla; el "co-pensamiento" remplaza a la transferencia; el síntoma freudiano a interpretar se metamorfosea en fenómeno "biopsicosocial"; las patologías psi son taras hereditarias, cuya causa es genética; las fobias son el resultado de condicionamientos defectuosos; la neurosis obsesiva desaparece en beneficio del TOC; las psicosis delirantes con tema religioso son un signo de espiritualidad; etc.Finalmente, él mismo se convierte en autor de cuestionarios destinados a "evaluar" la depresión y la intoxicación etílica. En pocas palabras, vendió la totalidad del negocio que tenía a su cargo, y eso por los lindos ojos de la Señora TCC. Y he aquí, que esta ingrata, tan ardientemente cortejada, de repente deja plantado al pretendiente para contraer nuevas nupcias con corazoncitos que consideran a Freud como un impostor y al psicoanálisis como una infamia. "Tú lo quisiste, Geoges Dandin!" Oh, la farsa, Oh, el vaudeville!Él: ¿Son las desgracias del Señor Wildöcher las que lo regocijan?Yo: No, no solo eso. Me regocija también que ese libro se las agarre con el psicoanálisis sin fiorituras, sin hacer la distinción entre los que "hieden" y los que "huelen a agua de Colonia", según el inmortal binario de Signé Furax.Él: ¿Los lacanianos de un lado, los otros del otro?Yo: Y viceversa. Esto verifica mi tesis que la comunidad psicoanalítica está en vía de reunificación. Acá estamos juntos al precio de ser tirados a la basura por los lindos tipos que cacarean, si puedo expresarme así, al poner ese huevo.Él: Una golondrina no hace verano.Yo: Una, puede ser, pero dos? Uno de los predecesores de Wildöcher en la presidencia de la IPA, Horacio Etchegoyen, un kleiniano argentino, un pozo de ciencia y de sabiduría, llega de Buenos Aires, y dará en Paris una conferencia pública el 3 de octubre a las 20, 30 horas. en la Maison des Mines, en ocasión de la publicación en francés, en Hermann, de su obra maestra, los Fondements de la psychanalyse. ¿Quiénes son los dos que escriben el prefacio de la obra? ¿Quién le dará la réplica en la conferencia? Wildöcher y vuestro servidor.Él: ¿Usted cree que después de sus burlas, el Señor Widlöcher...Yo: Es un hombre de mundo. Mis chiquilinadas no lo perturban. Sabrá muy bien encontrar algunos practicantes de las TCC que hablarán bien del psicoanálisis, y él ahí ya no aparecerá. Quiero decir que aparecerá otro libro que pintará de rosa lo que el primero había pintado de negro. Estarán los TCC antipsicoanálisis, y los pro, eso es todo.Él: Veo que este Libro negro le viene muy bien. ¿Pero sobre el fondo?Yo: El Libro negro no tiene fondo, sino ante todo un tono: es un gritoininterrumpido, como una sirena estridente ululando la misma nota en las 800 páginas. Pero si esta obra tiene un fondo, entonces es un doble fondo. Aparentemente es una recopilación de injurias, que se remontan hasta los "clarividentes" de 1910, que ya habían sacado a la luz el juego malsano de Freud. En ese género, el más malo, es aún Lacan, citado por haber profesado ex cátedra que el psicoanálisis era "una estafa", y Freud un mediquito vienés que, a lo sumo, había hecho un descubrimiento demasiado grande para él.Él: ¿Dónde está el doble fondo?Yo: El libro dice que el psicoanálisis ha muerto, para que se entienda: vivan las TCC!Él: Pareciera que esas TCC le preocupan mucho!Yo: Es la clave del libro. Releía en mi viejo Horacio la oda misteriosa: "De esta cabeza de acá Fortuna rapax, la Fortuna rapaz, haciendo vibrar sus alas estridentes, le sacó la tiara, y se divierte al verla posada sobre aquella otra". La idea es desacreditar al psicoanálisis frente a la opinión, para edificar sobre sus ruinas humeantes, un simil a Walden Two y alojar allí a los franceses.Él: ¿Hace falta realmente citar a Horacio? ¿De qué se trata esta construcción?Yo: El comportamentalismo es primero Watson: no nos ocupemos de los pensamientos que la gente tiene en la cabeza, sino de la manera como se comportan. De los hechos, no de las suposiciones. De las observaciones, no de las conjeturas. Luego es Pavlov, y su famoso "condicionamiento" del perro: babosea frente al alimento, se asocia un timbre a la presentación de su comida, tercer tiempo, bastará ya con el timbre para que babosee. El tercer genio, Skinner, en los años 30 domestica ratas y palomas: las domestica recompensándolas cuando su comportamiento es el que se espera de ellas. De ahí, pasa a la domesticación humana.Walden Two es la utopía de una comunidad comportamentalista, dirigida por entrenadores, ellos mismos a las órdenes de invisibles planners, planificadores que tiran de los hilos de sus marionetas por su bien mayor, y desde la más tierna edad. "We can't afford freedom", decía Skinner, "no nos podemos pagar el lujo de ser libres". Esta linda obrita, aparecida en 1948, y considerada como "siniestra" por el New York Times de esa época, no había sido nunca traducida al francés. Lo fue este año, gracias a la diligencia de esas asociaciones de TCC que mima Wildöcher.Él: Pero en las TCC no está solo lo "comportamental", está lo "cognitivo".Yo: El comportamentalismo es una pobre vieja cosa que se pagó una nueva juventud vistiéndose chez Cognitivo. En esto, se es infiel a Watson: si usted disfunciona, se debe a que adquirió "esquemas de pensamiento" errados; nosotros los encontraremos juntos y los corregiremos. Nada que ver con las "neurociencias" que no tienen un programa clínico.Él: ¿Y cómo encontrarlos esos "esquemas de pensamiento"?Yo: Nada más fácil: yo hago preguntas y usted contesta. Esta mañana se despertó 1) de muy buen humor? 2) de buen humor? 3) todo bien? 4) falto de ganas? 5) hubiera preferido quedarse en la cama? Eso es. No es más complicado que esto. El psicoanálisis estaba hecho para arribar, por un lado a un Libro negro, muy negro, por otro lado a una voz de mando: "Cuestionarios por todos lados!" Al diablo esos tiempos de antes: inconsciente, censura, represión. La verdad está acá, simple y tranquila, al pie de vuestra cama. Tilde cada mañana la respuesta correcta. Al cabo de un año o de un mes, o de un año, usted tendrá con qué hacer cálculos sabios: frecuencias, probabilidades, distribuciones, etc. Si extiende la encuesta a algunos otros, concubinos, amigos, vecinos, alumnos, o mejor aún, a poblaciones numerosas por la vía administrativa, es epidemiólogo. Su coloso matemático olvidará que reposa sobre el casillero que se tilda, nada más. Es el fundamento: suponer un sujeto transparente a sí mismo, que tilda donde corresponde sin obstáculos.Él: Entonces entre el psicoanálisis y las TCC hay una incompatibilidad absoluta?Yo: El fundador de las TCC, Aaron Beck, que solo reconoce como predecesores a Buda y a Epicteto, explicaba muy bien, hace tres años en el Washington Post, el nacimiento de su descubrimiento: psicoanalista, se aburría mucho con sus pacientes, quería tener alguna otra cosa para hacer. Sin embargo tuvo que reconocer que, para los americanos, las TCC (CBT en inglés) son sinónimo de "managed care", es decir terapias baratas, cuyos gastos están reintegrados por las mutuales y otros seguros. Se aíslan unidades de trastornos, se compran las unidades de tratamiento correspondientes, y chau Señor, que tenga un buen día.Él: En pocas palabras para usted son terapias rebajadas.Yo: Desde hace dos años todo el alboroto tiende a convencer al público que el producto TCC, aunque es de inferior calidad, tiene una eficacia superior al tratamiento de lujo que sería el psicoanálisis. Era el sentido del famoso informe del Inserm. ¿Es esta institución tan hábil como para manchar con tales operaciones de marketing una sigla que sigue siendo prestigiosa?Él: Marketing? El Inserm?Yo: Ciertamente. El Inserm "valoriza" su sigla al costo de comprometerlo. Es un juego peligroso. Para cuándo un libro negro sobre el tema?Él: Es tiempo de concluir.Yo: Concluyo: hay un mercado de lo mental.Él: Que ustedes, TCC y psicoanálisis, se disputan.Yo: En realidad, la ''mercantilización" de lo mental se consumó desde hace mucho tiempo.Notas* Autodiálogo imaginario sobre la verdadera cuestión de las terapias comportamentales (Libération, 28 septiembre 2005, página 32, Rébonds, http://www.liberation.fr/ - Paris)

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